José Ramón Ortiz, acusado junto a otro ex vigilador y Nicolás Pachelo, se sentó en el banquillo de los acusados y relató lo vivido en la tarde del 27 de octubre del 2002 en el country Carmel de Pilar.

Prácticamente por primera vez desde que arrancó el tercer juicio por el asesinato de María Marta García Belsunce ocurrido en el country Carmel de Pilar en 2002, las miradas se centraron por un día en uno de los otros imputados y no en Nicolás Pachelo. Sí, es que declaró José Ramón Ortiz, uno de los dos ex vigiladores acusados del crimen.

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Más allá de contar los pormenores de lo ocurrido aquel 27 de octubre de 2002, Ortiz fue tajante y aseguró que estar imputado en este caso le “arruinó la vida”. Asimismo, aseguró que desconocía las razones por las cuales estaba imputado en el caso (junto a su compañero Norberto Glennon).

El relato de ese día

Cuando comentaron que ninguna persona respondía los llamados ante la presencia de la masajista que esperando en el acceso al country, Ortiz se ofreció a ir hasta la casa de Carlos Carrascosa, viudo de García Belsunce, para dar aviso. Una vez afuera de la vivienda, escuchó en reiteradas veces la llamada de un teléfono y que nadie respondía.

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Por tal motivo, tocó el timbre de la casa en reiteradas oportunidades ante una intensa lluvia que azotó esa tarde. El guardia aclaró que se quedó esperando "entre tres y cinco minutos", pero que "nadie contestaba". Luego apareció Carrascosa, él se marchó y hasta ese momento no notó nada sospechoso.

Todo cambió cuando escuchó por el handy como las voces de fondo subían la tensión al escuchar a uno de sus compañeros dar el permiso para el ingreso de dos ambulancias. Además, agregó que se topó con el sobrino de María Marta, Michael Taylor, quien le lanzó una frase contundente: “falleció mi madrina”.

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