Los condenados se encuentran aislados del resto de los presos dentro del penal de Melchor Romero.

Pasó poco más de dos meses del fallo de la Justicia de Dolores que condenó a cinco de los ocho rugbiers a cadena perpetua y otros tres a quince años de cárcel por el homicidio de Fernando Báez Sosa, ocurrido en la localidad de Villa Gesell.

Desde la condena, los ocho detenidos, oriundos del partido bonaerense de Zárate, se encuentran alojados dentro del penal de Melchor Romero, con una serie de "beneficios" para resguardar su seguridad dentro de la cárcel.

Máximo Thomsen, Luciano Pertossi, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi están separados en cuatro celdas de a dos, con horarios distintos al de los demás internos.

Esto fue parte de una medida de las autoridades penitenciarias que, debido a la mediatización del caso, decidieron resguardar la seguridad de los rugbiers por temor a que sean agredidos por los demás reclusos.

“Si son separados quedarán expuestos en otra cárcel, podrían ser atacados. Son los presos más conocidos de la Argentina”, sostuvieron desde el penal.

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Por otro lado, el abogado defensor de los condenados Hugo Tomei, junto con los fiscales del juicio Juan Manuel Dávila y Gustavo García, apelaron ante Casación por lo que esperan novedades dentro de los próximos meses.

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Los letrados rechazaron la sentencia, mientras que los detenidos solicitaron que sus amigos Viollaz, Cinalli y Pertossi reciban la misma sentencia que los otros cinco.

En efecto, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores condenó a los mencionados a tan solo 15 años de prisión, porque fueron considerados como partícipes secundarios del homicidio de Fernando Báez Sosa.

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Por su parte, los otros cinco, Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Comelli y Benicelli, fueron condenados a prisión perpetua, acusados del delito de homicidio doblemente agravado por su comisión por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones leves.