23/07/2022
El 20 de abril del 2022 la vida de Candela, una pequeña de diez años, que salía de la escuela en José León Suárez, cambió rotundamente cuando un colectivo de la línea 87 la pasó por encima en dos oportunidades.
Julia, la abuela, la fue a buscar al Instituto Concordia. Cuando el semáforo les dio el paso cruzaron la calle y en ese momento el colectivo de la línea 87 dobló y golpeó a Julia y luego a Candela, comenzó relatando Romina, la tía de la víctima.
El chofer pensó que se había subido al cordón, dio marcha atrás y la volvió a pasar por arriba, subrayó.
Candela nunca perdió el conocimiento, pero si gritaba del dolor y decía que no quería morirse. Los médicos dijeron que tenía una hemorragia interna dado que estaba muy pálida, nos indicó la tía.
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En el Hospital Castex constataron que tenía varios huesos rotos entre los que se encontraba la cadera, el fémur. Por falta de materiales no pudieron operar allí y debieron trasladarla al Hospital Garrahan, donde la intervinieron quirúrgicamente.
Previo a la operación, aseguró Romina, hubo una junta médica donde señalaron que tenía todos los huesos rotos y la operación era de mucha complejidad. La llevaron a quirófano y le pusieron clavos en el sacro, fémur y un tutor (hierro por fuera del cuerpo) que va de un lado de la cadera al otro para inmovilizarla, indicó.
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La vida de Candela cambió para siempre en un pequeño fragmento de tiempo, pero: ¿qué sucedió con el chofer? Nadie se puso en contacto con nosotros, aseguró Romina.
Cuando el accidente sucedió los delegados de la empresa se acercaron al lugar pero no brindaron ayuda, sino que defendieron al colectivero, insistió la tía.
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25 de abril de 2024
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