Cuando el médico de José Luis Silva se jubiló comenzó el caos. PAMI demoró un mes en brindarle un nuevo profesional y su cuadro empeoró

Momentos de impotencia y angustia vive una familia de San Pedro por estas horas ya que uno de sus integrantes se encuentra en terapia intensiva mientras lucha por su vida por el simple hecho de haber sido atendido después de lo que debería por un mal manejo de los distintos sanatorios por los que pasó.

Esta es la historia de José Luis Silva, quien actualmente permanece internado en grave estado en una clínica de San Pedro. Su cuadro no hubiera llegado a tal extremo si hubiese sido atendido a tiempo.

La hija del protagonista de esta noticia se llama Liliana, y contó que todo comenzó en diciembre del año pasado cuando el médico de cabecera de su padre se jubiló y debieron esperar un mes hasta que PAMI le designara un nuevo profesional para continuar con el tratamiento por la trombosis aguda de la aorta que sufre. Mientras tanto, el dolor que sentía José Luis era intolerable.

El 24 de enero el hombre y su hijo realizaron la primera consulta. Pidieron tumos a distintos especialistas y no hubo uno que lo atendiera en menos de 15 días. Las justificaciones era que había un faltante de turnos o los profesionales se encontraban de vacaciones.

Posteriormente, el hombre necesitó un Eco-Doppler pero había turnos disponibles para marzo. Sin embargo fue atendido, pero el estudio se postergaba más y más. Finalmente cuando un médico lo atendió ante el empeoramiento del cuadro y le hizo el estudio, ya no había camas en San Pedro.

El paciente debió esperar un día casi completa para poder ser trasladado a la Clínica de San Nicolás. Mientras tanto el dolor era insostenible y el cuadro avanzaba en forma permanente. Los profesionales de la salud de este nosocomio le explicaron a Liliana que si hubiera llegado antes le podrían haber salvado las piernas, que finalmente amputaron.

Allí mismo, la familia recibió la noticia de que debían abonar $200 mil para solventar los gastos del anestesista y los materiales descartables de la operación. Por este motivo, además de iniciar una colecta, Liliana se acercó a PAMI de San Nicolás para consultar por el pago extra, ya que les pareció extraño que la mutual no cubriera esta intervención.

Sin embargo, como respuesta recibió que en el nosocomio no deberían cobrarles nada y que, en todo caso, realicen un reclamo formal. Asimismo, y como si fuera poco, posteriormente Liliana recibió un llamado de la Clínica de San Nicolás en el que le explicaron que el doctor se habría olvidado de informarles que la familia debía retirar los miembros amputados a su padre ya que no cuentan allí con los residuos patológicos para desecharlos.

De hecho, Liliana contó además que una empleada de la clínica le dijo que lo amputado se crema o se pone en un ataúd pequeño para que, cuando el hombre muera, se pueda juntar con el resto del cuerpo. Un mensaje realmente horrendo.

Actualmente, José Luis se encuentra con un cuadro irreversible en terapia intensiva y su familia espera un milagro.