En el día del cantante, el vocalista de la banda tandilense Salvatores cuenta lo que significa el canto en su vida. «Cualquiera puede cantar», dijo
Cada 13 de marzo se celebra en nuestro país el día del cantante. Del que canta en una banda, del que es solista, del que canta mientras escucha música o el que lo hace debajo de la ducha al bañarse.
«Cualquiera puede cantar» es el título de uno de los discos de Los Auténticos Decadentes. Le preguntamos a Nicolás Salvaneschi -líder de la banda de Tandil Salvatores- si está de acuerdo con «Cucho» Parissi y compañía, y nos dijo que sí. Que el canto va más allá de tener una buena voz.
«Sí, cualquiera puede cantar. Podrás hacerlo peor o mejor que otros, pero todos podemos cantar. Creo que no todos son cantores, que para mí va más allá de poder cantar. Hablo de poder transmitir y lograr alcanzar una personalidad propia en su voz. Incluso hay cantores que técnicamente no pasarían como buenos cantantes. Pero hablo de esa cuestión tanguera de que cantar una canción necesita más que una buena voz», dijo Nico.
Su primer acercamiento a la música «fue con una guitarra en desuso que había en mi hogar. Nunca supe por qué estaba ahí, ya que nadie tocaba. Me daba tanta vergüenza tocarla que me acercaba sólo cuando sabía que estaba solo en la casa, e intentaba tocar las cuerdas sin siquiera saber cómo».
Sin embargo, «en mi primera banda entré como segunda guitarra, hacía coros y coqueteaba con la idea de cantar pero me daba vergüenza, sólo lo hacía en mi casa», sostuvo, y agregó que «tiempo después formé mi primer power trío con mis amigos y también miembros de esa banda, y ahí era la voz principal».
«Hacíamos covers de Catupecu Machu, Attaque 77, La Renga, y Divididos. Era muy limitada la banda pero ya manejaba esa adrenalina de trío y ahí me encontré como cantante y ahí también escribí mi primera canción», declaró Salvaneschi.
«La música es mi cable a tierra», dijo, porque «me conecto conmigo, con mis problemas, con mis sueños, con mis emociones. El poder escribir ha sido una bendición en mi vida. Logré encontrar un mecanismo super sanador que va más allá de los proyectos».
Actualmente, Salvatores -su banda- «está en un proceso bellísimo. Tras lanzar nuestro tercer disco nos volvimos a quedar sin bajista, no alcanzamos a sí quiera presentar el disco en vivo. Tras tomarnos un tiempo decidimos dar uno de los pasos más importante de la banda junto con Jonathan: convertirnos en un dúo».
«Sin ofender a nadie y respetando a cada uno de los que formó parte del trío en estos 13 años, siempre nos costó conseguir un miembro que tenga la misma entrega para el proyecto que nosotros dos, o por lo menos la misma conección artística», manifestó.
En ese sentido, señaló que «con Jonathan Ateiro creo que tengo el vínculo musical más fuerte que me tocó atravesar y sucede desde el día cero. No tiene explicación alguna, pero pese a que escuchamos música muy diferente, hemos trabajado el estilo de la banda a lo largo de toda su trayectoria, porque realmente estamos locos por hacer lo que hacemos. No siempre vas a tener un hermano musical que lo llamás y deja todo por venir a pegarle una primera tocada a una canción».
«Así decidimos esta etapa, volvernos un dúo y con un riesgo altísimo. El de calzarme el bajo y emprender un viaje sobre un sistema de audio super desconocido para mí», añadió.
Con este nuevo formato, Salvatores se metió al estudio en Diciembre 2022. «Grabamos 4 canciones que nos tienen enloquecidos. Incluso muy sorprendidos por la capacidad de la banda de resolvernos. Él también canta un tema, que lo hace bárbaro, y estamos super felices».
La banda realizará su tercer show con este nuevo formato el 24 de Marzo en el bar Macanudo de Tandil. «Estamos preparándonos fuertísimo. Este año viene de muchísimo ruedo con Salvatores y estamos mejor que nunca. Agradezco a la vida cruzarme con semejante compañero», declaró.
Nico asegura que no hay un secreto para lograr el éxito dentro de la música ya que «es un rubro que es la historia de nunca acabar, de no recetas». «No hay que traicionarse, hay que hacer lo que te salga y buscar tu estilo, trabajarlo y meterle ritmo», agregó.
«Ninguna banda grabó discos sin trabajo. No existen las recetas mágicas, se trata de trabajo y compromiso contigo mismo y ser feliz. Disfrutar los procesos hasta donde sea. Va a haber problemas y las cosas durarán lo que tengan que durar, pero canten lo que su corazón demande, toquen lo que su corazón demande, por que al fin y al cabo, para 5, 50 o 1000, se trata de conectarte contigo y de trasmitir cosas reales», concluyó.
