Cada vez más populares, las casas fabricadas mediante bioconstrucción se hacen un lugar muy importante en la Costa Atlántica.

La Costa Atlántica podría considerarse un crisol de edificios: por un lado las construcciones históricas que buscar sobrevivir a la modernización y mantener la identidad de las ciudades; por otro, los edificios, cada vez más dominantes en el trazado urbano. Y ahora, se sumó una nueva tendencia ecoamigable y de bajo costo: las viviendas sustentables. Mediante el uso de materiales naturales, las personas pueden acceder a una buena casa y a bajo costo.

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Ricardo Clavero es un referente en la zona de Costa Atlántica en materia de bioconstrucción. Junto a Franco Merola llevan adelante un trabajo conjunto con muy buenos resultados, denominado Econstructiva. “Yo trabajé mucho en obras de construcción convencional. Y Franco era pintor. Trabajábamos por separado hasta que coincidimos en un curso de construcción natural”, rememora Clavero. Y añade: “Comenzamos a trabajar en una cooperativa y, desde hace unos cinco años, nos largamos solos”. Si bien ya existían este tipo de construcciones en la zona, la mayoría eran de modalidad híbrida. Es decir, el uso de cemento o estructuras en hierro combinado con elementos de la naturaleza. “En nuestro caso, la temática es construir casas que estén hechas con materiales sustentables en su totalidad”, aclara.

Hasta la llegada de la Revolución Industrial, las residencias llevaban una línea de materiales sustentables. Pero el rápido incremento de la población y la migración masiva a las ciudades obligaron a producir más en el menor tiempo posible. "En un momento se empezaron a desarrollar materiales que no tienen que ver con la habitabilidad de las casas, sino con el desarrollo más rápido del producto, como el durlock y el cemento, y que sea más rentable en el mercado", explica Ricardo. Y enumera las ventajas de la bioconstrucción: "Utiliza materiales de la zona, tiene una huella de carbono más baja y hace más confortable las casas en el sentido de que la amplitud técnica es menor, son más saludables los materiales y tienen menos impacto ecológico". Además, son beneficiosas para personas asmáticas o alérgicas, ya que no tienen problemas de salud con materiales como tierra, madera o paja.

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Otra de las ventajas de este tipo de viviendas es su costo, bastante más reducido que las viviendas convencionales. "Un metro cuadrado de construcción natural está unos 550 dólares, a diferencia del mercado donde en el sistema de construcción convencional está a 900 o 1000", detalla Ricardo. Y agrega que "depende también de la calidad de materiales". Por ejemplo, para el piso de madera de una pulgada, que es lo que usamos siempre, está dentro del presupuesto de 550 dólares. También, varía según lo que pide el cliente, como acabados de pintura, pero el precio final termina siendo beneficioso desde el punto de vista económico.

Asimismo, los materiales se pueden conseguir sin dificultades. "En líneas generales, en cuanto a conseguir rollos de paja o tierra no hemos tenido problema porque son materiales que abundan en la naturaleza. Y en cuanto a la madera, como usamos replantada, también es fácil de conseguir. la saligna se consigue fácilmente", relata Clavero. Explica también que en situaciones de adversidad económica, como la que azota al país, resulta muy beneficioso para no detener su obra.

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Respecto a las obras hechas por Econstructivas, han llegado a Córdoba, Santa Teresita, General Lavalle, Mar Azul, Mar del Plata y Santa Clara. También, están incursionando en el Gran Buenos Aires. "Entre terminadas y en proceso llevamos 16 casas"; relata Clavero. Las viviendas sustentables, la gran alternativa habitacional en tiempos de crisis, llegaron para quedarse