El municipio de Escobar había cerrado la calle y cambiado el recorrido del colectivo (que ya había terminado una vez en la zanja), pero no comenzaba con las obras. Los vecinos convocaron a una marcha y aparecieron los primeros caños.

La historia es del pueblo. Y la organización vecinal, a veces, gana unas cuantas batallas. Y eso ocurrió precisamente en las inmediaciones del barrio Ovejero de Escobar y otros de Garín. Allí, los vecinos reclamaron intensamente el arreglo de la calle Beliera que une esta localidad con ese barrio de Maquinista Savio. Y eso desencadenó una serie de batallas entre los habitantes del lugar y el municipio encabezado por Ariel Sujarchuk y Beto Ramil.

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Tras la caída de un colectivo a la zanja por el pésimo estado de la calle, los vecinos pidieron que la mejoren o que la asfalten. ¿Qué hizo el municipio meses después? Mudó el recorrido de la línea 508 a casi 10 cuadras de donde pasaba antes. Por eso, quienes vivían en la zona pusieron el grito en el cielo.

Con los intensos reclamos hacia el municipio por todas las vías posibles, los voceros oficiales aseguraron que el recorrido había cambiado porque se iba a hacer el tan requerido asfalto. ¿Batalla ganada por los vecinos? No tan rápido.

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Pasaron varios días, la gente tenía que caminar mucho para poder tomar el colectivo y comenzaron diferentes teorías: que el 508 no pasaría más por esa calle pero que tampoco dejarían entrar otra línea, que el municipio iba a esperar hasta el 2023 (año de elecciones) y demás. Ante esto, los habitantes escobarenses volvieron a la carga con los reclamos.

“Todos juntos luchamos, vamos a luchar para que se haga lo más rápido y pronto posible”, le dijo Aurora a El Bonaerense. Y otra vecina agregó: “Vamos a esperar esta semana a ver qué pasa. Si vemos que no pasa nada, no hay ningún movimiento de nada, ya tenemos que hacer cortes, lo lamento”.

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Finalmente, tras varias batallas entre los vecinos y el municipio de Escobar, con promesas de marchas y manifestaciones, este martes llegaron los primeros camiones a la calle Beliera. Estos trajeron consigo los caños de desagüe. “En buena hora, pero vamos a seguir atentos para que sigan así”, adelantaron distintos vecinos.