Se inauguró hace 40 años y se convirtió en un paseo obligado para turistas. El proyecto es íntegramente marplatense.

Cuando se habla de Mar del Plata, y concretamente del turismo, vienen al imaginario popular varias imágenes: la Rambla, los lobos marinos de piedra, el casino, el Puerto, . Y luego, otros personajes o lugares van tomando popularidad, como el caso de Olitas. Una idea que surgió hace 40 años y se convirtió en un clásico de la ciudad, muy apreciado por locales y turistas.

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"Fue idea de mi viejo, Jorge Horacio Medina. Tuvo la idea de hacer un barquito, porque en esa época había un trencito en la ciudad, y le pareció que un vehículo con forma de barco era ideal en Mar del Plata para entretener a los niños", explica Alejandro a El Bonaerense. Y agrega: "Lo hizo con un socio, que en su momento era el director del Teatro Lido y Neptuno, de apellido Martel, y después de jubilarse, mi viejo quedó como titular del vehículo".

El barco resultó todo un éxito y desde que se estrenó, hace 40 años, se convirtió en un paseo obligado para los turistas: " Este año recibimos un premio Faro de Oro por la trayectoria del barquito y lo que representa para la ciudad", dice con orgullo Alejandro. Y afirma que "nos dedicamos no solamente a los niños, sino que también la gente que visita Mar del Plata suele pasear con nosotros, con nuestras excursiones".

Como afirma Alejandro, los paseos y excursiones son el fuerte de Olitas, pero siempre se trata de innovar, como con los paseos recreativos nocturnos. Y no sólo consiste de subirse al barco, ya que hay todo un equipo que le da sabor al paseo: "tenemos animadores, guías turísticos, choferes, mecánicos y los personajes que se disfrazan, que pueden ser entre 5 y 8 dependiendo la época". De esta forma, los chicos y grandes pueden recorrer Mar del Plata junto a Spider-Man, los Power Rangers, Peppa Pig, Winnie Pooh y cuanto personaje esté de moda. "Estamos dando mucho trabajo a mucha gente. Ahora en temporada alta tenemos mucho personal trabajando con nosotros", relata.

Durante el resto del año, Olitas permanece activo y los marplatenses le sacan provecho para hacer sus celebraciones: "Lo cierto es que en invierno tenemos menos público, pero organizamos eventos como cumpleaños, despedidas de soltero, traslados, eventos empresariales y sobre todo en el último tiempo se sumó el último primer día y el último último día, tanto chicos de secundaria como de primaria y preescolar". Cuando no está activo, el barco va "a boxes" y se lleva a un galpón donde se le realizan las reparaciones y modificaciones pertinentes. "Nos eleva los costos pero no se podría hacer de otra manera", destaca Alejandro.

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Otro factor que le dio fama a Olitas es la enorme presencia de artistas que lo visitan durante la temporada. "Es muy común que nos visite gente del teatro para promocionar su obra, en horario nocturno tenemos público de todas la edades, y suelen aprovechar ese horario para promocionarse, venir con sus hijos o hacer alguna entrevista", comenta Alejandro. Y, además, han visitado otras ciudades con muy buena repercusión. "A fines de los 90 solíamos ir a recorrer los pueblos, eso hizo muy conocido a Olitas en la provincia de Buenos Aires", recuerda.

El parate por pandemia golpeó también al emprendimiento, pero una buena administración a lo largo del tiempo les permitió sortear la tormenta. "Nos vimos obligados a tomar deuda que afortunadamente pudimos cubrir. También nos agarré en un momento en que estábamos al día en cuanto a pagos y ese verano de las medidas sanitarias nos vimos obligados a cambiar las formas de trabajo, higienizar el vehículo en cada vuelta para quedarnos tranquilos y para el disfrute de la gente", detalla Alejandro sobre ese período.

Desde la organización de Olitas, hay muchas cosas pendientes, como instalar un segundo vehículo. "Por cuestiones de ordenanzas municipales y habilitaciones no estamos pudiendo instalar otro", explica Alejandro. Aunque afirma que están estudiando la posibilidad de tener un vehículo dedicado a la parada (en Plaza Colón) y otro para los servicios de paseo. "Este año nos toca una modificación importante debido al vencimiento del modelo del vehículo y ya esta por salir a trabajar en cualquier momento. Y no me extrañaría que al final de temporada se sorprendan a ver el camión totalmente renovado", adelanta.

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También hay una sensación de orgullo porque todo el emprendimiento fue realizado por marplatenses. Incluso el dueño es un técnico electrónico egresado de una técnica, que no pudo terminar sus estudios de ingeniería por haber sido secuestrado en la época de los militares. "A pesar de eso pudo aplicar sus conocimientos para este lindo emprendimiento", detalla Alejandro. Y finalmente, confiesa que es lo que más le gusta de su trabajo: "la cara de la gente cuando se va. La satisfacción de la gente es lo mejor que tenemos en Olitas, cuando disfrutan nos retroalimentan para hacer lo nuestro mucho mejor mañana".