Sufrió un accidente que lo dejó parapléjico a los 20 años. Desde 2015 compite en el circuito mundial.

El mundo del deporte tiene infinidad de historias de vida, de los más diversos orígenes y situaciones. Nicolás Gallegos sufrió un accidente con apenas 20 años que le produjo una dura lesión medular y quedó parapléjico. Siempre había realizado prácticas deportivas, pero no imaginaba que el surf adaptado le iba a dar tantas satisfacciones. En base a constancia y sacrificio, transformó el deporte en un estilo de vida y se ganó el respeto y la admiración de otros competidores a lo largo y ancho del planeta.

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A diferencia de muchos surfistas, Nicolás descubrió la pasión por la tabla siendo adulto. "Empecé con dos amigos surfistas y guardavidas que me invitaron a probar. Me ataron a una tabla y empecé", recuerda. Y agrega que él venía de deportes de tracción, con caballos o vehículos. "Me empezó a gustar, pero noté que mis amigos no practicaban por asistirme a mí. Y ahí empezó el desafío de independizarme, de poder subirme a la tabla solo", detalla.

El camino para convertirse en surfista no fue fácil. Tras el accidente que derivó en una lesión medular, le llevó unos tres años rehabilitarse y lograr la reinserción social. "Volví a mis deportes mecánicos, me armé un auto de carreras y corrí en las dunas", cuenta. Y si bien con el tiempo volvió a trabajar y rehacer su vida, afirma que vivir con discapacidad es difícil en nuestro país. "No es fácil la reinserción social en Argentina, más cuando te desplazás en una silla de ruedas".

Con el tiempo, Nicolás se la jugó y tomó la decisión de dedicarse de lleno al surf a pesar de las dificultades económicas. Incluso, pensando también en su salud. Su último empleo había sido en el Banco Provincia, pero la cantidad de horas sentado lo hacía proclive a lesionarse. "La inactividad te lastima mucho en mi condición. Si no estás activo te atrofiás", explica. Y agrega: "Tuve que elegir entre el dinero y la calidad de vida. Y no me arrepiento, soy pobre pero tengo todo el tiempo para cuidar mi cuerpo y hacer ejercicio".

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Después de haber competido desde 2015 en los mundiales de surf adaptado, en este 2022 Nicolás se dio el gran gusto de ser campeón mundial en Hawaii en septiembre. Y algo que destacan sus colegas es el enorme crecimiento que tuvo en este tiempo. "Muchos surfistas adaptados ya hacían el deporte antes de sufrir una discapacidad. Yo no lo era, y me llevó muchas horas de agua saber leer el mar, cuándo aprovechar la fuerza de las olas a tu favor. Ese fue el trabajo para ponerme a la par de ellos y ganarles", detalla. Sin embargo, lo que más orgullo le da es el reconocimiento de los otros competidores, de sus siete años de constancia. "Es el premio más grande que me llevo", dice en relación a ello.

Además de los duros entrenamientos que atravesó, el mérito de Nicolás es doblemente destacable, porque hace todo solo, desde arrastrarse en el agua y hasta viajar. Y reconoce que gracias la comunidad global del surf adaptado puede competir alrededor del mundo. "Me reciben de la mejor manera cuando llego al aeropuerto y me facilitan todo para que compita. Me hice de amigos que son mis hermanos hoy, gracias al lugar hermoso y privilegiado que me dieron pude lograr todo esto", exclama emocionado. Y es una realidad que ocurre mucho en el deporte argentino, en la que muchos deportistas con potencial no pueden hacerlo por falta de recursos.

En el horizonte de Nicolás se vienen dos competiciones importantes: el Abierto de Costa Rica (que ganó la última edición en 2018) y el Mundial de Federaciones de la ISA (International Surfing Association), que equivale al mundial de fútbol pero en surf. Y, por supuesto, el deseo de que su deporte entre en el programa de los Paralímpicos. "Supuestamente en enero van a definir si entra en Los Ángeles 2028. Yo creo que es la última oportunidad, si no se de en California que es la industria mundial no se hace más", analiza.

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Por fuera del deporte, Nicolás afirma que aún existen prejuicios en cuanto a las personas discapacitadas, desde el temor a abordarlos hasta la accesibilidad en las calles. "Si cambia la mentalidad viene todo lo demás, tenemos que cambiar como sociedad", reflexiona. Y pone el ejemplo de Estados Unidos, en la que la problemáticas está más naturalizada. "Allá hay accesos y podes moverte sin dificultades". Mientras tanto, Nicolás pasa sus días entrenando en Miramar, a la espera de su siguiente torneo, donde espera seguir logrando conquistas en su carrera deportiva en su lugar en el mundo: en el mar, con su querida comunidad del surf.