Son de Mar del Plata y llevan 16 años realizando sus tareas. Recientemente se convirtieron en ONG.

En una sociedad cada vez más caótica y acelerada, los problemas vinculados con la salud mental fueron cobrando más notoriedad. Y, por suerte, dejaron de verse como cuestiones intrascendentes o "cosas de locos". Existen grupos como los marplatenses de Colectivo Crisálida, que trabajan para mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen. Contrario a la creencia popular, el nombre no tiene que ver con la fase de transformación de las mariposas, sino que proviene de "crysos", que la definición en griego del oro. "Nos gustaba esto de pensar en el oro personal que todos tenemos y que a veces no es visto por el otro, o que ni siquiera nosotros somos conscientes de la potencialidad que tenemos porque nos dijeron que no podíamos", detallan.

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Sonia Malva Basualdo, directora, explica: "Somos un proyecto de extensión de la UNMdP, nuestra sede es la Facultad de Ciencias de la Salud. Estamos trabajando desde hace 16 años". Y agrega: "Trabajamos con personas de diagnóstico de salud mental severo en situación de vulnerabilidad, o sea que además tienen dificultades familiares, económicas, sociales, y nuestro abordaje es desde los diferentes lenguajes del arte y realizamos actividades socio-comunitarias".

Las actividades se realizan en el Centro Cultural América libre y el equipo de trabajo es interdisciplinario, es decir, que está compuesto por estudiantes y profesionales de los campos del arte y de la salud. "Tenemos profesores de literatura, de artes visuales, de teatro. Y en lo que es salud hay psiquiatras, estudiantes de psicología, psicólogos, terapia ocupacional y servicio social", explica Sonia. Y detalla que "los pacientes que llegan a Crisálida son derivados del área de Salud Mental del Hospital Interzonal y de Municipalidad. Y llegan a través de una nota de derivación de algún médico o profesional tratante que considera que esa persona tendrá una mejor integración a través del área artística".

Según explica Sonia, la organización funciona bajo el paradigma de "lenguajes artísticos integrados". Al ser tantas personas (entre 40 y 45), los integrantes eligen en qué quieren trabajar, ya sea en el cuerpo, la escritura o las artes visuales. "Hacemos un trabajo inicial grupal y, a partir de ahí, incursionan en donde quieran. Y está bien que sea así", describe Sonia, en relación a las actividades. No obstante, hay ejes diferenciados para organizar el trabajo y coordinar las tareas. "Desde principios de año tenemos las directivas de qué vamos a ir trabajando mensualmente".

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Desde hace más de una década que en la Argentina rige la ley 26.657, de Salud Mental. Entre otras cuestiones, permitió que lo pacientes sean tratados y vistos como sujetos de derecho. "Es un gran avance", opina Sonia. Y, si bien, destaca que aún hoy existen prejuicios y tabúes sobre los padecimientos mentales, de a poco se han ido logrando varias mejoras. "Sí, sigue apareciendo, pero también es cierto que hubo avances sociales, en cupos de trabajo, otras formas de ver la salud mental, y no hablar de personas enfermas sino de una situación que una persona padece en un momento de su vida". Para lograr esto, es que existen grupos como Crisálida, que ayudan a los pacientes a lograr una reinserción social. "Lo que hay que hacer es generar las condiciones para que personas con diagnósticos puedan intervenir socialmente y no queden excluidas como antes en los manicomios", reflexiona.

Uno de los grandes avances en el último tiempo, es haber logrado la transición de grupo de investigación a ONG. "Vamos a seguir siendo un proyecto de investigación, pero además ahora somos ONG porque somos tantas personas que no podemos acceder a los materiales, son carísimos", explica Sonia. Esto les permitirá acceder a los materiales, poder pedir subsidios estatales y amortizar los gastos que conlleva. "Hoy hacemos vaquita para todo, hasta para comprar mate, té, galletitas, y es un presupuesto", agrega. Y en cuanto a las muestras, lo próximo será la presentación del libro "Mirares", en la Sala Melany y obras realizadas en relación al tema. "No necesariamente hacemos muestras, sino que lo que nos interesa es que lo que se aprenda en el taller se pueda llevar como nuevas experiencias y formas de aprender", finaliza Sonia.