17/01/2025
El Bonaerense viajó al norte del conurbano para destapar la olla de un reclamo que lleva años y sigue sin obtener respuesta por parte de las autoridades municipales. Un basural a cielo abierto de ocho hectáreas, napas contaminadas y la desidia de los vecinos más vulnerables, siempre afectados por estos desastres ambientales.
Algo huele mal en Escobar, los vecinos están más que seguros que el principal problema es un enorme basural que ocupa 8 hectáreas, contamina el aire, el agua y la vida de cientos de vecinos. El equipo de El Bonaerense viajó a la localidad al norte del conurbano para conversar con los habitantes de las zonas aledañas y sacar a la luz un reclamo que lleva años sin obtener respuestas por parte de las autoridades municipales.
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El Arhumus afecta directamente a los escobarenses de las casas kilómetros a la redonda, ya que dependen de los pozos cercanos para abastecerse de agua y no saben que tanto afecta ese foco de contaminación, que crece sin control desde 2019, a su consumo diario.
Nadia Gonzalez, oriunda del lugar y quien toma la posta del reclamo prestó testimonio detrás del cementerio, en la calle San Lorenzo entre Sarmiento y General Paz. Desde la entrada al vertedero afirmó: "Esto es un asco, no se puede vivir así. Es como olor a podrido, olor a humo, es muy tóxico".
El Bonaerense llegó a Escobar.
Entre resignada y angustiada, supone "Evidentemente la gente naturalizó la contaminación de este lugar, decían que estaba clausurado pero vienen los camiones constantemente a tirar cosas".
Pablo Varela, otros de los vecinos de Belén de Escobar, tiene en claro de quién es la responsabilidad: "No hay gestión adecuada de lo que son los residuos sólidos urbanos... además de los terrenos donde se arroja basura sin ningún tipo de control, hay predios, que están gestionados supuestamente por el gobierno municipal, donde se tiran todos los restos de poda y áridos de la construcción".
"El problema es que esos residuos no se gestionan adecuadamente, es un inconveniente superpuesto, dentro de los camiones que deberían traer todo lo relacionado a árido y poda, el control es tan deficiente que termina llevando cualquier cosa".
El basural es depósito de "Todo tipo de cosas, latas de pintura, solventes, basura domiciliar, incluso han visto entrar vehículos con baños químicos, está todo documentado por los vecinos".
Los camiones llegan y tiran la basura sin control alguno por parte del municipio.
El drama no solo llega en la contaminación del agua, los olores y las posibles enfermedades: "Hubo un incendio hace dos años donde estuvo más de un mes prendido fuego liberando todo tipo de humos tóxicos".
Sin embargo, lo más preocupante viene una vez que se terminan de rellenar ese tipo de basurales, porque ahí se urbaniza. "Se fracciona el loteo y cada uno hace una perforación de agua, no se hace ningún tipo de auditoría de cierre, ni sobre el estado de los acuíferos, se hace un loteo y nadie sabe sobre que suelo está comprando.".
Nadia data el inicio del problema después de la pandemia "Allí empezaron todos tipos de olores, antes no pasaba por que antes no estaba, en la pandemia empezó a funcionar constantemente el crematorio y hoy en día hay veces que nos cuesta poder describir los distintos tipos de olor, de qué lugar provienen".
Desde el gobierno de Ariel Sujarchuk, prometieron soluciones que jamás llegaron: "El municipio nos informó que esto se iba a clausurar, nunca se clausuró". El accionar de la gente parece no funcionar: "Un grupo de vecinos hizo una denuncia penal por contaminación, que tampoco prosperó demasiado en la justicia".
"Esto afecta a todas las personas con dificultades respiratorias, a los niños vulnerables y a todos los vecinos, llega el olor horrible hasta el centro de la ciudad, y no entiendo como los escobarenses no reaccionan" manifiesta Nadia al costado del enorme vertedero de basura.
El estado "Se dio el lujo de construir una cárcel, cuando las napas están cada vez peor, la gente tiene que buscar los pozos de agua cada vez más abajo, sumando todo esto, la zona está bastante complicada", afirman los vecinos con muy pocas esperanzas de que la situación mejore.
Las chimeneas del crematorio no tienen la altura reglamentaria, dejando las cenizas esparcidas entre los vecinos de la zona.
El Bonaerense investigó más irregularidades de la gestión de Sujarchuk y llegó también al cementerio de Belén de Escobar, donde Nadie continuó dando testimonio.
En el crematorio del establecimiento, las chimeneas donde expulsan las cenizas son demasiado bajas, razón por la cual el lugar estuvo clausurado, aunque volvió a funcionar sin modificación alguna: "No están acordes a la altura que deberían estar, las cenizas que largan la chimenea, son microscópicas y cancerígenas".
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Como siempre, los vecinos de menos recursos son los más afectados, "Hay mucha gente que vive en situación precaria, donde no tiene la tapa del tanque de agua, imaginate que la gente toma lo que sale de la chimenea, nadie toma consciencia de lo que esta pasando".
Pronto, más problemas que afectarán la región: "Tenes basurales en todas las esquinas, pasan las camionetas y revolean las bolas, tiran perros muertos, se juntan ratas y se juntan cucarachas, y las casas del barrio están ahí".
Los vecinos conviven con la basura en la vereda de sus casas.
"Esto nadie lo explica ¿Por que esta el crematorio así? ¿Por que esta la cárcel acá? ¿Por qué está el Arhumus ahí? Nos hace mal, es muy feo esto, se siente mucho olor y sobre todo cuando hace calor" muchas preguntas y ninguna respuesta para los vecinos de uno de los municipios más grandes del conurbano. El Bonaerense, una vez más, expone lo que otros prefieren ignorar. Para ver el video completo ingresá al link de esta publicación o buscanos en YouTube YouTube.com/El Bona Stream
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