09/11/2024
La investigación sobre el asesinato de Guillermo Alfredo López avanza, y ya se conocen los primeros detalles sobre los agresores.
La tarde del jueves 7 de noviembre, alrededor de las 19:00 horas, un crimen estremeció la localidad de El Palomar, en el partido bonaerense de Morón. Guillermo Alfredo López, comandante mayor de Gendarmería Nacional, fue víctima de un brutal asesinato cuando llegaba a su casa. Los agresores, que lo interceptaron con el fin de robarle el automóvil, no dudaron en dispararle a quemarropa, provocando su muerte.
El caso se vuelve aún más grave tras la revelación de un video de seguridad que muestra a los delincuentes que cometieron el asesinato. Los investigadores identificaron a los sospechosos, que son al menos cuatro jóvenes, todos con antecedentes penales. Tras el crimen, los malhechores prendieron fuego al vehículo con el que realizaron el robo, lo que dificultó aún más su localización. Los agentes se encuentran actualmente en una intensa búsqueda para dar con el paradero de los implicados.
Según las primeras investigaciones, los agresores cometieron otro robo en las cercanías del lugar del crimen unos 40 minutos antes de asesinar a López. En esta ocasión, los malhechores intentaron robarle el coche a una familia, pero no pudieron ponerlo en marcha, lo que los obligó a conformarse con robar un celular.
Los cuatro sospechosos, quienes habrían actuado de manera coordinada, ya fueron identificados y tienen antecedentes penales. La policía está intentando reconstruir sus movimientos en las horas posteriores al asesinato y esclarecer dónde se escondieron tras incendiar el vehículo.
La autopsia preliminar realizada al cuerpo del comandante mayor Guillermo Alfredo López arrojó detalles perturbadores sobre las circunstancias de su muerte. Según el informe forense, el gendarme recibió un total de siete disparos. Los proyectiles impactaron en distintas partes de su cuerpo: dos balas con entrada y salida en el brazo izquierdo y en el antebrazo, y otras dos en la extensión de su miembro superior. Además, una bala ingresó en el glúteo derecho, y otras dos fueron disparadas en la axila izquierda, con salida por el dorsal, y en el hueco externo.
Los investigadores confirmaron que los agresores atacaron al gendarme tras notar que llevaba un arma de fuego. Sin embargo, López no logró utilizarla para defenderse antes de ser abatido. En la escena del crimen, los peritos de la Policía Científica encontraron un total de 13 vainas servidas, lo que refleja la magnitud del tiroteo.
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12 de noviembre de 2024
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