10 nuevos casos de viruela del mono fueron confirmados en la Argentina

El Ministerio de Salud de la Nación confirmó que durante la última semana en la Argentina hubo 10 casos nuevos de viruela del mono. Esto representa un aumento superior al 30% en la cifra de contagios acumulados en el año.

En el informe emitido por el Ministerio se detalla que los nuevos contagios se registraron en la región Centro del país, se trata de la zona con más contagios en lo que va del año ya que de los 42 casos confirmados en 2024, 38 son de dicha región. Además se explica en el informe que de los 10 nuevos casos, siete son de la Ciudad de Buenos Aires, dos de la Provincia de Buenos Aires y uno de Santa Fe.

"Luego de la alerta emitida en la SE33 (semana epidemiológica 33) aumentó la sensibilidad del sistema de vigilancia, llegando a 180 notificaciones de casos sospechosos en las dos semanas posteriores (77% del total de notificaciones registradas durante el año hasta el momento), permitiendo la detección de 29 de los 42 casos confirmados en lo que va del año. Del total de casos confirmados del periodo, el 84% fue confirmado en las últimas 4 semanas", explica el documento.

Se advierte que en todos los casos se presentaron erupciones en la piel, más del 69% registró fiebre y una muy baja cantidad de infectados sufrieron linfoadenopatías, mialgias, cefalea, astenia y proctitis. Si bien tres de estos casos requirieron internación, ninguno de ellos necesitó de asistencia en terapia intensiva. La edad promedio en la que los pacientes contrajeron la enfermedad es de 34 años y, excepto por un caso, todos fueron hombres.

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Los síntomas principales que registran las personas que contraen la viruela del mono son principalmente las lesiones en la piel y las mucosas que pueden ocasionar dolor. Las lesiones pueden encontrarse en la zona de los genitales, paragenitales o perianales, la cara, las palmas de la mano, las plantas de los pies o incluso el tronco. También puede haber dolor o sangrado anorrectal, inflamación de ganglios, fiebre, dolor de cabeza, muscular o de espalda y cansancio o decaimiento. Estos síntomas suelen durar de dos a tres semanas y, generalmente, desaparecen solos.