Una vecina platense creó un emprendimiento de productos de higiene menstrual para concientizar sobre el impacto ambiental

En diálogo con El Bonaerense, nos cuenta que el emprendimiento surgió en pandemia: "Con tanto tiempo disponible, necesitaba alguna actividad para desconectar y decidí desempolvar mi máquina de coser y empezar a hacer proyectos pequeños. A medida que pasaba el tiempo, se me ocurrió probar hacer toallitas menstruales y empecé a diseñar moldes y a confeccionarlas con distintos tipos de telas. Cuando estuve conforme con el producto le regalé varias a mi hermana y a amigas para que las probaran y me dieran su opinión". Ante el visto bueno de su círculo cercano, Georgina se animó a impulsar su propio negocio.

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La emprendedora relata que el día a día detrás de este innovador proyecto es tan exigente como cualquier negocio. Comenta que "lleva mucho tiempo" ya que detrás de la máquina se encuentra ella sola.

"Trato de organizarlo como cualquier otro trabajo, cumpliendo horarios y voy confeccionando en serie", señala y agrega que "un día me dedico a marcar y cortar telas, otro a coser, otro a ensamblar, y a medida que voy tomando pedidos las termino, las empaqueto y las despacho".

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La menstruación solía ser un tema tabú no mucho tiempo atrás. Aun así, todavía queda un trayecto extenso por delante, como el crear políticas públicas que permitan y garanticen el acceso a productos destinados al flujo menstrual.

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"Creo que en los últimos años, gracias a la redes, se ha empezado a hablar mucho más de higiene menstrual", comenta Georgina. En su emprendimiento, la platense trata de sumar posteos relacionados a la temática para concientizar y se sorprende por "la devolución positiva por parte de la gente".

"Falta mucho por recorrer, pero es innegable que en los últimos años se ha avanzado mucho", añade.

En conversación con El Bonaerense, la emprendedora nos cuenta sobre la idea detrás de este proyecto.

Georgina además le habla a quienes todavía utilizan productos descartables y se encuentran contemplando la posibilidad de utilizar artículos reutilizables: "Que se animen al cambio. No tiene que ser de un día para el otro, puede ser progresivo y a la larga trae muchos beneficios".

En un ciclo regular, una persona menstruante gasta alrededor de 240 toallas higiénicas por año. Tomando en cuenta la cantidad de algodón, plástico y otros productos que se utilizan para su fabricación, el efecto sobre el ecosistema es muy dañino, tanto a corto como a largo plazo.

También hay que considerar el impacto sobre la salud, ya que muchos de los componentes que integran estos artículos suelen ser tóxicos, cómo el uso de pesticidas que el algodón puede absorber, y las dioxinas utilizadas para su blanqueamiento.

Georgina propone el uso de elementos de tela, ya que "son una alternativa sana para el cuerpo".