08/05/2024

Policiales

"Yo no lo maté" El testimonio de la acusada por el crimen del ingeniero en Pilar

Rosalía Paniagua habló desde la cárcel y dejó fuertes declaraciones. Es la única detenida por el asesinato de Roberto Wolfenson en el country La Delfina.

Tras pasar 40 días detenida, Rosalía Paniagua habló desde la cárcel y contó su versión de los hechos. La empleada doméstica está acusada de matar al ingeniero Roberto Wolfenson, en el country La Delfina de Pilar. "Yo no lo maté", afirmó.

En su declaración al programa mediodía noticias (eltrece) Paniagua volvió a hacer referencia a un segundo hombre que, según ella, estuvo en la casa: "Cuando yo llegué, a las 8 de la mañana, me topé con un muchacho y pensé que era el hijo del señor Wolfenson. 'Hola, quién sos', me preguntó. 'La empleada', le respondí. 'Bueno, hoy te va a tocar hacer lo que yo te diga', me dijo".

En la entrevista, hizo referencia a que el ingeniero mantenía una relación con otro hombre llamado Félix, a quién hizo responsable del asesinato: "Me puse a limpiar y en un momento vi que este muchacho le dio un beso al señor. Un pico. Ahí retrocedí". "Después el señor (Wolfenson) me dijo: 'Lo que viste hoy, que quede acá. No le digas a nadie'. Después escuché que el otro muchacho le reclamaba cuándo se iba a separar de la mujer", explicó.


La empleada llevaba pocos días trabajando en la casa, había sido contratada por un mes debido a que la empleada doméstica titular se había tomado una licencia. Está detenida desde el 23 de marzo, cuando el fiscal Germán Camafreita ordenó su arresto tras encontrar en su poder varios objetos que pertenecían a Wolfenson.

Quién era 'Feli'

Según su testimonio, la empleada declaró que este muchacho la agredió en la casa de Wolfenson: "Pasé por el lavadero para ir a la cocina y sentí que alguien me tocó el hombro. Me di vuelta y me dieron un golpe en la cara". "Cuando desperté estaba en el piso, atada de manos, de pies y con la boca encintada. Me chorreaba sangre de la nariz y escuché que el señor Wolfenson decía 'basta Feli, basta'", continuó.


También hizo mención a unos guantes de látex, algo clave durante la investigación: "Yo vi desde que llegué que el muchacho este tenía un guante de látex en una mano. Escuché que el señor le preguntaba por qué, y le respondió que se había hecho un tatuaje".

Además, agregó que el presunto asesino le habría limpiado la sangre y la insultó: "Me dijo 'paraguaya de mierda' y me limpió la sangre. Después me cortó la cinta de la mano y me dijo 'no te mato por tu bebé'. Y continuó: "Ahí agarró las cosas que estaban en la mesada, me las puso en la mochila y me dijo que me fuera. 'Salís de acá y te deshaces del celular', me ordenó, y amenazó con matar a mi familia y a mí".

Finalmente, explicó que los objetos que estaban en su mochila los había ubicado el asesino y le dijo: "Con esto te vas a conformar, esto vale una fortuna". "Cuando me fui, yo no sabía si el señor estaba muerto o no. Pero el ruido se terminó cuando el muchacho bajó", concluyó su relato.


Más allá de su declaración, para la fiscalía es la única responsable del hecho. Según la reconstrucción realizada por los investigadores, nunca se pudo comprobar la existencia de este hombre y a la única que se vio entrar y salir del domicilio de Wolfenson fue a ella.

Por otra parte, las cámaras de seguridad la ubicaron en diferentes sitios posteriores al crimen y coincidían con la última vez que se encendió el celular de la víctima. Algo que estaba en posesión de Paniagua, junto a un parlante bluetooth y un candelabro.

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