16/11/2023
Lo que dicen especialistas y distintos estudios sobre estas actividades. Las recomendaciones para empezar con los ejercicios.
La eterna pregunta sobre si es mejor caminar o correr para la salud a largo plazo ha sido objeto de numerosos estudios y debates. Ambas actividades ofrecen beneficios significativos, pero ¿cuál es más eficaz y cómo podemos incorporarlas de manera óptima a nuestra rutina diaria?
Caminar es una actividad física popular y accesible que ha demostrado reducir el riesgo de diversas enfermedades, desde ansiedad y depresión hasta diabetes y ciertos tipos de cáncer. La fisióloga del ejercicio e investigadora, Alyssa Olenick, señala que incluso una caminata lenta durante el día puede mejorar la capacidad aeróbica medida por el VO? máx, un indicador clave para evaluar la salud cardiovascular y la esperanza de vida.
Para obtener mayores beneficios, se sugiere aumentar la intensidad de la caminata, elevando la frecuencia cardíaca y la respiración. Actividades moderadas fortalecen el corazón y estimulan la producción de mitocondrias, que generan energía para los músculos.
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Aunque ambas actividades son beneficiosas, correr se destaca por su eficiencia. El profesor Duck-chul Lee, experto en Epidemiología de la Actividad Física, explica que correr implica una serie de saltos, requiriendo más fuerza y potencia que caminar. Esto resulta en un esfuerzo cardiovascular más intenso, clasificando la actividad como vigorosa según las pautas federales.
Estudios sugieren que correr podría ser más efectivo en términos de longevidad. Una investigación taiwanesa reveló que carreras breves, incluso de cinco minutos, aportan beneficios comparables a caminatas más largas. Además, la carrera regular se asoció con una reducción del 35% en el riesgo de mortalidad durante ocho años.
Aunque correr puede ser más eficiente, su impacto y demanda en los tejidos conjuntivos hacen que la transición de caminar a correr sea crucial para reducir el riesgo de lesiones. Iniciar lentamente, aumentar pasos y ritmo progresivamente, e incorporar intervalos de carrera y caminata son estrategias clave.
La cardióloga deportiva Allison Zielinski aconseja aumentar gradualmente la duración y la intensidad, y recalca la importancia de consultar a un médico antes de comenzar actividades vigorosas, especialmente para aquellos con afecciones crónicas.
La clave está en moverse
En última instancia, la elección entre correr y caminar depende de la preferencia personal y la condición física. Ambas ofrecen beneficios sustanciales para la salud. La clave radica en moverse de manera regular, adoptando un enfoque gradual y personalizado para garantizar la sostenibilidad y prevenir lesiones.
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