Reclaman que llevan años sin cobrar su jubilación

Con una mezcla de tristeza y bronca por la situación que viven día a día, varios docentes jubilados se movilizaron hasta la sede central del Instituto de Previsión Social (IPS) para reclamar la falta de pago de haberes, que en muchos casos lleva años de deudas e inacción por parte del organismo.

El Bona TV estuvo presente en la manifestación para dar a conocer la historia e interiorizarse en lo que vienen pidiendo cada uno de los jubilados hace varios años.

Uno de ellos se llama Miguel, tiene 67 años y es vecino de Morón. Fue profesor de educación física y trabajó en más de 50 colegios, tanto en el Municipio donde vive como en otros barrios.

Hace 16 años decidió retirarse, pero desde entonces está pidiendo que le abonen la jubilación que le corresponde por sus años de servicio.

"Hasta los 8 años, el trámite siempre estaba bien. En ese momento hubo un recorte importante, de un 50% de mis haberes sobre el básico, que es muchísimo dinero", explica.

Luego de terminar su vida laboral activa, el hombre no solo cumplimentó con todos los pasos correspondientes, sino que también presentó documentación sobre sus años de trabajo como guardavidas, algo que a la postre no le reconocieron.

"Vine acá a reclamar, pero siempre me encontré con indiferencia, silencio. Mandé cartas documento, reclamos, y nunca jamás se me escuchó", protesta.

Miguel no solo recibió destrato por parte del IPS ante la falta de pago de la jubilación, sino que asegura que también le han cortado llamados telefónicos "miles de veces" y tuvo que viajar más de 40 veces hasta La Plata, donde se encuentra el organismo provincial, para hacerse oír.

"Al principio tenía 51 años y no tenía problema en viajar, pero hoy me tuve que levantar a las 3 de la mañana para llegar desde Morón", sostiene.

"Siempre estuve con actitud positiva y esperando una respuesta, pero nunca obtuve nada", lamenta.

La respuesta de parte de las autoridades fue que el trámite continúa en Asesoría General y que espere a que le avisen si le van a abonar lo que le corresponde o que le expliquen qué está pasando.

"Yo no espero más y lo voy a llevar hasta las últimas consecuencias para que esto se termine de una vez. Son 16 años, es una injusticia muy grande", remarca.

"Siempre que vine acá me dijeron que el trámite está perfecto. No puede ser que haya pasado tanto tiempo, estoy seguro que fue un error de ellos. No sé si el expediente se perdió o qué", agrega.

Lamentablemente, el de Miguel no es un hecho aislado. Muchos docentes que le brindaron años de su vida a educar jóvenes de toda la provincia de Buenos Aires no reciben la jubilación que le corresponde y exigen respuestas.

Tal es el caso de Ana Larralde, una ex directiva que presentó los papeles para retirarse en agosto de 2016 a través de la jubilación automática docente: "Todavía estoy en la dulce espera", ironiza.

"Hay un cargo, que es de maestra de adultos, que decidí dejarlo de lado con tal de jubilarme. Es una vergüenza, me voy a morir esperando la jubilación definitiva", reclama.

"No me dan ninguna respuesta. Acá estamos esperando, pero como se cortó el sistema no me pueden dar respuestas", detalla.

Por su parte, Mariel es una ex docente de Vicente López que lleva aportando más de 45 años en el IPS y se jubiló en 2009 en un cargo directivo, pero decidió seguir trabajando.

"Mi expediente tardó 9 años en salir, me llegué el cese el 1º de mayo y el IPS no aprieta el botoncito para dar el alta de pago. Estoy sin trabajar, sin cobrar y sin poder pagar el alquiler, porque no me alcanza", explica.

"La plata no es del IPS, es mía. Estoy harta de que todos los gobiernos lo tomen de rehén para sus gastos y no los del docente", agrega.

En tanto que María, una docente oriunda de Lanús, sostiene que tiene una "imperiosa necesidad de jubilarse" y denuncia que desde el organismo provincial no la escuchan.

"Voy con bastón a trabajar. Tomo dos colectivos para ir y venir, tengo 39 años de aportes y merezco la jubilación. Lo necesito", sostiene.

"Me dicen que el trámite está dentro de los plazos correspondientes, pero los plazos de ellos no son los nuestros", concluye.

Distintas personas, pero un reclamo prácticamente idéntico. Y la historia que, lamentablemente, se repite e impacta en la vida diaria de los jubilados, que deberían tener una vida digna después de haber puesto el cuerpo durante años de trabajo y, en contrapartida, tienen que seguir reclamando porque no los escuchan.